No les ha pasado antes como a mi, cuando alguien ajeno a nuestro quehacer político me pregunta en la calle, «de donde eres » y tu con ese gran orgullo que casi haces sudar, soy de Puerto Rico.
Pero, que en realidad somos sino un fantasma en esta gran esfera a la que llamamos planeta . Acaso podemos decir que somos un país, o tal vez poseemos una nacionalidad ? Al menos la que nos interesa. Solo somos lo que somos por sentimiento, porque a pesar de que en esta tierra que nunca a sido nuestra hemos aprendido a identificarnos con ella cual si fuera nuestra madre tierra.
No vivimos en un país, no tenemos una ciudadanía que nos identifique. Nuestros artistas y deportistas se han encargado de ponernos en el mapa mundial. Nuestros políticos se empeñan en borrarnos.
Hasta cuando seguiremos siendo invisibles ?
Y por favor, no me digan que ya somos los orgullosos acreedores de una nacionalidad. Porque esa no nos pertenece, esa no nos identifica, esa no nos ajusta. Solo somos un puñado de confundidos y asimilistas que los gobiernos de turno { incluyendo USA} nos tiene en la zona de «comfort» mientras saquean las ayudas que recibimos a cambio de despojarnos de lo poco que producíamos.
Yo no quería hablar de política, pero una cosa lleva a la otra. Algo así como las relaciones personales.
Estamos estancados, estamos paralizados, estamos tocando fondo. Nuestra posición de fantasma ya no aguanta mas. Pero solo podemos avanzar si los nacionalistas convencen a los asimilistas …ó viceversa.
Solo dejaremos de ser invisibles cuando finalmente decidamos unirnos al opresor, claudicar, aceptar, asimilar «full» o simplemente ponernos en las manos de nuestros ilustres políticos para tratar de levantar la nación puertorriqueña.
Es obvio que no pinto bien ninguno de los dos panoramas, sin embargo estoy convencido que dos «choice» son mejor que tres.